Tracción Eléctrica Ferroviaria y Sostenibilidad

 Por Javier Cáceres

Trabajar en transporte ferroviario, en Latinoamérica y en el siglo XXI, implica asumir un reto. Uno muy importante. 

América Latina es una región del mundo que, pese a sus distintos problemas,  continúa en franco crecimiento de capacidades económicas, industriales, culturales, comerciales y turísticas; con clara tendencia a continuar. Para hacerlo requiere de varias cosas, pero particularmente una: energía. Bien gestionada, es un factor fundamental para transformar crecimiento en desarrollo. 9 de los 17 Objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU, se refieren directa o indirectamente a la interrelación responsable entre el medio ambiente y el uso de los recursos, por lo que es menester analizar el papel (actual y futuro) que juega el transporte en una región con abundantes ecosistemas por proteger. 

 

Transporte e impacto

Los combustibles líquidos derivados del petróleo proliferan en la industria, principalmente por su capacidad térmica y facilidad de almacenamiento a bordo de los vehículos durante el desplazamiento. Pero hablar de transporte también es hablar de emisiones de COlas cuales conllevan grandes efectos negativos directos e indirectos. Los daños en la salud de las personas, la afectación en la calidad del aire, el agotamiento de los recursos, la contribución al efecto invernadero y al calentamiento global; todas estas consecuencias son asumidas por todos, sin discriminar dónde se llevaron a cabo las emisiones ni en beneficio de quién. Queda claro que hablar de transporte es hablar de CO2, pero ¿en qué medida? 

Fuente: International Energy Association. IEA e IPCC (2014)

La imagen es muy explícita. Del total de emisiones globales, el 22% corresponde al transporte; mientras que, de ese total del sector, solamente 1 de cada 25 partes corresponde al transporte ferroviario. Si además de ver el presente, consideramos que la OPEP proyecta un incremento el consumo de petróleo en Latinoamérica superior al 24% para el año 2045 [1] , es innegable que existen oportunidades inmejorables para la expansión de las soluciones de transporte por ferrocarril en la región. 

Entre las características y escenarios en los que el ferrocarril tiene ventajas competitivas, vengo a referirme a una en específico: la tracción eléctrica. 

 

 

Tracción eléctrica ferroviaria

Las ventajas del uso de tracción eléctrica frente a la tracción diesel son muy claras, tanto desde el punto de vista operativo, energético como medioambiental: 

Operación: Los trenes eléctricos ofrecen mejores velocidades de operación, lo cual los hace más atractivos para los viajeros. La barrera de los 250 km/h ha sido superada gracias a la tracción eléctrica y no existe en el mundo operación ferroviaria que la supere de otro modo. El cálculo de costos operativos es más estable por no depender directamente de la volatilidad del precio del petróleo, lo que permite mayor rentabilidad y aprovechamiento de los recursos. También, cabe mencionar que un sistema de tracción eléctrica permite mejores índices de mantenibilidad, al contar con un diseño más simple y de menos partes. 

 

Energía: La eficiencia total del sistema es mayor; es decir, la energía se aprovecha mucho mejor. Desde que se produce, la energía sufre pérdidas “aguas arriba” o “well to tank” en los procesos de generación, transmisión y distribución, pero el total va a depender mucho de la tensión de suministro. Normalmente suelen ser ligeramente mayores a las de la cadena de suministro diesel, pero es a bordo del vehículo donde la cosa cambia mucho. La eficiencia “tank to wheel” de la tracción eléctrica ronda el 90% en casi toda la banda de RPMs, mientras que la de un motor diesel apenas alcanza el 35% en condiciones ideales. 

 

Además, existe la posibilidad de uso del freno regenerativo para aprovechar parte de la energía del frenado y así alimentar los sistemas auxiliares del tren, disminuir el frenado reostático y devolver energía a la catenaria para ser aprovechada por otras unidades, si las condiciones así lo permiten [2] . Existen alternativas para el mejor aprovechamiento de esa energía, las que explicaré con mayor detalle más adelante en este artículo.

Medioambiente: Desde el punto de vista ambiental, la tracción eléctrica presenta alguna ventaja en la disminución en los niveles de contaminación sonora y otras, aunque leves. Su principal ventaja radica en su baja huella de carbono, lo cual también tiene condicionantes. 

 

La generación eléctrica se produce a través de distintos modos y cada país tiene su propio mix, el cual podría incluir métodos de alta emisión de CO2. Es decir, la energía eléctrica no es igual de “limpia” en todos lados. Veamos algunos ejemplos de mixes de generación eléctrica en algunos países de América Latina:

Como es de esperarse, la región muestra alta variabilidad en sus mixes de generación eléctrica, ya que es una función de los recursos y condiciones geográficas que cada una posee. Es importante decir que -en promedio- América Latina está por encima de los valores estándares del resto del mundo en 2020: 29% de renovables, 10% nuclear, 58% de energías no renovables  [3] . Sin duda, este escenario presenta oportunidades para el desarrollo de soluciones de transporte ferroviario sostenible, donde sea inteligente llevarlas a cabo y enfrentando los retos que aún quedan por superar.

 

Retos y oportunidades 

Electrificación de líneas

Electrificar una línea existente significa incurrir en costos más que significativos. La inversión inicial implica la instalación de catenaria, agujas eléctricas, subestaciones, protecciones de línea, redundancia en acometidas, etc. Para operaciones a cargo de la infraestructura y también del material rodante, existen algunas ventajas en la reducción de los costos de explotación y mantenimiento; es entonces que el criterio para la decisión de electrificar una línea radica en la evaluación del tráfico actual y futuro de la misma.

 

En Europa se estima que el costo medio por kilómetro ronda el medio millón de euros para vía doble, haciendo economías de escala y en condiciones muy favorables  [4] . Es vital tener en cuenta que los costos son altamente dependientes de la orografía del lugar, la tensión de suministro, el acceso a transmisión eléctrica, la necesidad de modificar gálibos en túneles y/o puentes, entre otros. La Association of American Railroads (AAR) estima que el costo alcanzaría los 4,8 millones de dólares por milla, manifestando que no es una prioridad para la industria de Estados Unidos y que seguirán evaluando el uso de biocombustibles, hidrógeno, celdas de combustible u otras alternativas. Varios especialistas discrepan con la AAR en este asunto, argumentando que la estimación de costo está basada en data desactualizada, con la finalidad de mostrar el peor escenario y así desincentivar la discusión al respecto. Jim Blaze, economista ferroviario y autor del portal FreightWaves, considera que la discusión está lejos de terminar y propone que se evalúe para determinados escenarios [5] . La noción de “todo o nada” propone un análisis muy simplista y evita la formulación de preguntas complejas y análisis profundos; la historia nos muestra que las soluciones más inteligentes han sido siempre hijas de estos procesos. 

Una buena muestra de ello es la reciente decisión de electrificar 690 km del trazado del Tren Maya (un 43% del total) en función de las necesidades operativas y ambientales del proyecto; clara evidencia también que existe un costo temporal asociado a la decisión, no es lo mismo diseñar una línea electrificada que electrificar una construida.  

Se puede hablar largo y tendido sobre cómo reducir los costos, cuándo incurrir en ellos, cuáles asumir, de qué manera, a qué riesgo, etc. Pero tal vez la pregunta más importante no es ninguna de las anteriores, sino: ¿Deberían ser los costos el quid del asunto? ¿Para siempre? ¿Hasta qué punto? “Food for thought”, como se dice en inglés. 

 

Aprovechamiento de la energía

Consumir energía significa transformarla a un estado en el que no se aprovecha más. Un buen ejemplo es un vehículo promedio bajando una cuesta: la energía potencial ganada en la rampa se transforma en energía cinética, por lo que el vehículo gana velocidad. Al aplicar los frenos, la velocidad se reduce porque el disco de freno transforma la energía cinética en calorífica; calor que luego se disipa a la atmósfera. Es recién en este punto que se considera la energía consumida, ya que ese calor no es aprovechado de ningún modo. La tracción ferroviaria permite un mejor aprovechamiento de la energía y existen algunos modos de llevarlo a cabo.  

 

a) Sistemas de acumulación en tierra: 

 

La implementación de sistemas de acumulación de energía en tierra interesa por no incrementar la masa de los vehículos considerablemente y por la capacidad de regulación del voltaje de la línea en su conjunto. La energía se almacena cuando el frenado genera niveles superiores a los requeridos por los auxiliares del tren y/o consumidores en los cantones cercanos de catenaria, entregándosela al que la requiera y en el momento en que la requiera. Este sistema cobraría una especial significancia en líneas con grandes pendientes, en los que las cargas gravitatorias exigen un frenado sostenido que podría abastecer de energía al tren en rampa circulando en sentido contrario. La tecnología avanza y con ella nuestra capacidad de imaginar; tal vez en unos años exista el corredor minero Cajamarca-Eten (o algún otro) operando cero emisiones, atravesando los Andes peruanos: trenes cargados de mineral bajando a puerto a descargar, mientras “alimentan” a los trenes vacíos que suben la cordillera. Una oda a la eficiencia.

Ferrocarril de Antofagasta a Bolivia.

b) Alimentación a estaciones y devolución a la red: 

 

En las explotaciones urbanas surgen algunas oportunidades. Al tener energía sobrante, una opción evidente es redireccionarla para abastecer a otros usuarios. Las estaciones son centros de consumo estables a los que se podría alimentar en mayor o menor medida, considerando que son tramos en la línea en los que se requiere frenar constantemente para alcanzar velocidad cero y dejar/recoger viajeros. Sin embargo, los sistemas de climatización, iluminación, comunicaciones, videovigilancia, transporte vertical que suelen tener las estaciones requieren alimentación de corriente alterna, por lo que harían falta sistemas de ondulación, rectificación e inversión eléctrica para alimentar consumidores de corriente distinta a la usada en catenaria. 

 

Devolver el excedente a la red pública es una posibilidad real, pero llevarlo a la práctica es complejo. Las subestaciones eléctricas suelen ser equipos unidireccionales: reciben energía de la red, la procesan y luego la entregan a los usuarios (catenaria, luego trenes) donde es consumida. Esto ha cambiado desde la invención de las subestaciones reversibles, las cuales son capaces de redireccionar el excedente de la catenaria hacia nuevos consumidores. Aquí entran a tallar otras variables que pueden jugar en contra del operador. Para empezar, hace falta un marco regulatorio que lo permita; el cual -sin duda- incluiría a la explotación ferroviaria como un productor del sistema eléctrico nacional. Eso implica garantizar un suministro estable y estándares de calidad armónica de la energía “exportada”, lo cual es altamente impredecible. La parte positiva del asunto es que el marco regulatorio puede establecer que los operadores paguen únicamente por la energía neta (diferencia en unidad de tiempo entre lo importado y exportado). Los índices de recuperación varían según la explotación, pero se han llevado a cabo estudios al respecto en el Metro de Bilbao, Underground de Londres, Metro de Madrid, Metro de Salónica, por citar algunos ejemplos [6] .

 

c) Diseño en trenes y trazados:

 

El diseño de vehículos que utilicen eficientemente la energía siempre ha sido importante y ha recaído en los hombros de los fabricantes. La oportunidad está en que los usuarios lo exijan de manera continuada y que tenga peso específico en la toma de decisiones de adquisición. Asimismo, el diseño del trazado también tiene injerencia en la capacidad de usar eficientemente la energía. Se deberán priorizar los tramos de velocidad homogénea, evitar el frenado innecesario y ayudarle al mismo con rampas de entrada a estaciones. El diseño comercial del servicio también tiene importancia estratégica para atraer viajeros de otros modos.

 

ASI (Avoid, Shift, Improve) 

El transporte sostenible basa sus políticas en este acrónimo. “Avoid” (evitar) se refiere a tratar de suprimir la necesidad de transportarse, esto a través de una planificación urbana inteligente y local. La pandemia actual ha ayudado tremendamente a este esfuerzo a través del teletrabajo. “Shift” (cambiar) es donde radica la oportunidad más grande de los sistemas ferroviarios de tracción eléctrica: en atraer cuotas que actualmente se transportan en otro modo. “Improve” (mejorar), establece que nuestra forma de operar debe ser cada vez más eficiente; en este caso, cada vez más limpia para con el medio ambiente.

Empecé diciendo que trabajar en transporte ferroviario, en Latinoamérica y en el siglo XXI, implica asumir un reto. Espero haber dejado claro el por qué.

 

Javier Cáceres Paurinotto

 

Ingeniero Senior con valiosos conocimientos y experiencia en sistemas de transporte ferroviario desde una perspectiva holística. Ejecutivo con fuertes habilidades en ingeniería y operaciones, con más de 10 años de experiencia en el sector industrial global y gestión de equipos especializados. Cursó una Maestría en Sistemas Ferroviarios en Barcelona.

Hablemos de Trenes: Elementos de la Vía

Por Luis Miguel Carbajal Juárez

En esta segunda colaboración, abordaremos el tema de los elementos o partes que componen las vías férreas, así como los escapes (también llamados laderos), y sus medidas para los ferrocarriles en México, Estados Unidos y Canadá, de acuerdo a la Asociación Americana de Ferrocarriles (AAR). Abordaré los elementos tales como riel y durmientes, dejando los demás elementos para la siguiente participación en Mundo Ferroviario.

Elementos de la vía

 

Uno de los factores para que los trenes puedan correr con seguridad, es por medio de la vía. La vía la definimos como “dos rieles paralelos separados a cierta distancia por medio de los cuales, los trenes corren sobre de ellos”. Por otro lado, desde el punto de vista de la ingeniería civil es “guías paralelas, denominadas rieles, sobre las cuales se deslizan una serie de trenes movidos por tracción mecánica”.

 

En esta misma óptica, se consideran elementos de la vía los siguientes:

Cabe hacer mención de otro elemento de la vía, que no es algo material sino inmaterial llamado escantillón. El escantillón es la distancia que separa las caras internas del riel. De acuerdo a las especificaciones para México, en tangentes el escantillón de la vía debe ser de 1.435 metros; en curva, el escantillón de la vía debe ser de 1.435 a 1.448 metros. Después de 4 grados, podrá ampliarse el escantillón de 2.38 milímetros por cada grado de curvatura hasta 1.448 metros.

 

Riel. Es el elemento que sirve de guía del tren, puede llevar además señales eléctricas. El riel es el material más costoso en la vía fabricado con acero que ha sido laminado en una forma de “T” invertida. Sus elementos y forma que lo componen son los siguientes:

Fig. 2. Partes de un riel. Fuente: Propia.

La cabeza es la superficie de la rodadura. Es la parte del riel que sufre el desgaste. El alma une el patín con la cabeza y tiene espesor uniforme (del orden del 25% de la anchura de la cabeza), es más ancha en la base. El patín es el ala inferior del perfil; debe tener la anchura suficiente para que la superficie de apoyo sobre el durmiente sea grande y haya un mejor reparto de presiones. El riel es el perfil de hierro que sirve de huella a las ruedas del equipo rodante.

El patín se une al alma por planos inclinados, sobre los que se apoyan también las planchuelas. El ancho del patín debe ser suficiente para asegurar la estabilidad del riel y para resistir los esfuerzos transversales que tienden a inclinarse.

 

En México, de acuerdo a la Asociación Americana de Ingeniería Ferroviaria y Mantenimiento de Vía (AREMA), se tiene rieles de diversos calibres y peso nominal por yarda: 100 libras, 112 libras, 115 libras y 132 libras.

 

Durmientes. Elemento que tiene por objetivo proveer al riel apoyo adecuado y son fabricados en madera, concreto, acero, siendo el de concreto el más común actualmente por el movimiento de tráfico de carga intenso en muchos tramos. Los durmientes. Los durmientes tienen como finalidad amortiguar y transmitir la carga del tren al balasto, así como al terraplén. 

Existen diferentes tipos de durmientes según su fabricación:

 

Durmientes de madera.

Fabricados de madera pino y de encino, son tratadas a presión con elementos para proteger del ataque de insectos y hongos, generalmente se impregnan de creosota. 

Los factores de primera importancia en el diseño y uso de durmientes de madera incluyen la durabilidad y resistencia al aplastamiento y abrasión.

Fig. 3. Durmientes de madera aplicados a vía férrea. Fuente: Propia.

Durmientes de acero

Los durmientes de acero son utilizados normalmente en sitios especializados, ubicaciones o áreas no favorables al uso de durmientes de madera u hormigón, como túneles con velocidad reducida y en curvas con propensión al ensanchamiento por el movimiento del tráfico.

 

Al ser de acero, no compite con la elasticidad que tienen los durmientes de madera, ya que la vía con durmiente metálico resulta más sonora al paso del tren. Como nota, los durmientes de acero, tienen una conductibilidad que los hacen impropios en líneas que tienen señalización con circuito de vía.

Fig. 4. Durmientes de acero.

Durmientes de concreto

Este tipo de durmientes son hechos de concreto, reforzado con barras de acero acondicionadas, estructuras de alambres soldadas, alambres adaptados, barras o mallas de barras y concreto no precomprimido. Ha alcanzado gran popularidad en la actualidad, especialmente en México, ya que tienen un tiempo de vida útil muy larga, sobre todo en vías de riel elástico soldado. 

Fig. 5. Durmientes de concreto. Fuente: Propia.

Existen también durmientes de hormigón armado, que empezaron por ser prismáticas y, por lo tanto, sumamente pesadas. Por necesidades del servicio y al ser necesario que se corran trenes más pesados y de longitud más grande, han sido ideados diversos tipos, incluso una combinación de partes metálicas y partes de hormigón, incluso una combinación de partes metálicas y partes de hormigón.



 

 

Luis Miguel Carbajal

 

Consultor TIC y Transportación Ferroviaria.

El Corredor T-MEC como una Oportunidad de Desarrollo

Nota Editorial de Entrevista a

Carlos Ortiz Todd, presidente y CEO de Caxxor Group

Mundo Ferroviario tuvo la oportunidad de tener una entrevista con el presidente y CEO de Caxxor Group, Carlos Ortiz Todd, en donde el tema principal de esta conversación fue el conocer más sobre todas las vertientes relacionadas al muy conocido proyecto de desarrollo; el Corredor T-MEC. 

 

Como inicio de esta conversación el CEO de Caxxor Group, explicó que el Corredor T-MEC es una familia de infraestructuras que atiende diferentes rezagos que tiene cada estado de México. En resumen, es un proyecto que transformará las rutas de logística en el país.

 

Actualmente la logística de México se mueve por medio de puertos que miran en su mayoría hacia el centro de nuestro país. Importantes puertos como lo son Lázaro Cárdenas y  Manzanillo, la carga es trasladada del Bajío hacia Monterrey y de Monterrey hacia Laredo. Es ahí, donde se encuentra toda la congestión de la carga y las zonas que han alcanzado un mayor desarrollo industrial en nuestro país. Por lo que el Corredor T-MEC, busca ser una nueva ventana hacia el Pacifico, pero esta vez, mirando hacia el norte de México, dando la oportunidad de que estados como Durango, Coahuila y Sinaloa, alcancen un potencial que no se había visto, y sobre todo, que cuenten con la oportunidad de tener un planteamiento más innovador en Norteamérica, donde se creará uno de los puertos más modernos del mundo en nuestro país y lograr tener una vía férrea sumamente eficiente. 

Aquí es importante precisar que el proyecto del Corredor T-MEC es una nueva oportunidad de traslado para conectar lo que es el Pacífico con Durango por únicamente 280 kilómetros de vía, mismas que se dirigen al estado de Sinaloa a través de la Sierra Madre para dirigirse finalmente al norte de América. 

 

Carlos Ortiz comenta que este corredor permitirá recorrer, por ejemplo de Sinaloa, desde un punto cercano de Mazatlán, hasta San Antonio, Texas, donde se recorrera menos de 1,300 kilómetros de vías, lo que genera que esto se convierta en un proyecto sumamente eficaz para el comercio con Texas. Es importante mencionar que Texas es una potencia económica valiosa, ya que a pesar de ser un estado de la unión americana, por sí sola tiene un PIB similar al de Brasil, lo que ayudaría a que México tenga una derrama económica sustancial.

Si bien, prácticamente toda la infraestructura del sistema ferroviario que conformará al Corredor T-MEC entre los tres países; México, EUA y Canadá, está construida, este es el último nodo que faltaba para que se lograra tener una salida eficiente al Pacifico, y con ello, dar una nueva alternativa para el Medio Oeste de Estados Unidos y de Canadá, sobre todo, lo que es la provincia de Manitoba, Canadá, y el estado de Texas.

 

Carlos Ortiz enfatizó que este es un corredor diferente al de Panamá, donde no solamente es el corredor logístico, sino también industrial y de transformación. El desarrollo de esta infraestructura es más innovadora, y tanto el ferrocarril como el puerto son modelos diferentes a lo que se conocen, sobre todo en temas ecológicos. 

Grupo Caxxor junto con firmas muy importantes, se dieron a la tarea de desarrollar una nueva tecnología portuaria que ha sido muy reconocida en el mundo. Es una tecnología que se va configurando con diferentes tecnologías ya existentes  como es la energía eólica en alta mar, o bien, las esclusas que se utilizan en el canal de panamá, las cuales finalmente se fueron ensamblando para generar un productor que se llama Hybrid-CT, una nueva tecnología portuaria, muy poco invasiva y de última generación.

A pesar de ser un puerto relativamente pequeño a comparación de otros que conocemos, este es un puerto que puede recibir barcos muy grandes, y que logra cargar contenedores grandes a una alta velocidad y estando prácticamente aún en el mar. 

Por otro lado, el tema medio ambiental en los últimos años ha tomado una gran importancia, y grupo Caxxor, tiene visualizado este punto como un tema fundamental, el cual considera un estándar de la industria, ya no como un valor agregado sino más bien un elemento estándar, en donde los proyectos que no cuentan con ese compromiso ambiental, considera están destinados al fracaso.

Por su parte, el equipo encargado del desarrollo del puerto, se encuentra realizando evaluaciones en las costas de Sinaloa para ubicar el lugar exacto donde se desarrollará el puerto. Carlos Ortiz comentó que justo como se menciona sobre la importancia de que los proyectos sean amigables con el medio ambiente, aún no se ha definido la ubicación exacta del puerto debido a que el impacto en la tierra es diferente a la del mar y este puede ocasionar una destrucción de las playas, lo cual es lo quieren evitar. 

Por ello, se realizan exhaustivas evaluaciones para poder causar el menor impacto ambiental en la tierra, aun cuando no es considerado un proyecto que se sitúe en tierra. Mismo que brinda mayor ventaja y oportunidad al medio ambiente, con cero emisiones en el puerto y cuya energía se desarrollará mediante el movimiento de las olas y parte de energía eólica. 

Ahora bien, en la parte del ferrocarril, está diseñado para que corran máquinas de otro nivel y generación, con características híbridas y con componentes eléctricos importantes para ayudar a la disminución de emisiones de CO2. 

Durante la entrevista, se cuestionó sobre si Caxxor visualiza trabajar a futuro con proyectos ferroviarios luego del Corredor del T-MEC, a lo que el CEO de Caxxor respondió: 

 

Ahorita estamos enfocados en el tema de la carga, ya que consideramos que la carga es la que permite a veces abrir las fronteras hacia pasajeros, por lo estamos interesados en  involucrarnos en un proyecto a futuro con trenes de pasajeros en el norte de México. Las conexiones de pasajeros que van a ver entre Coahuila y Nuevo León, entre Nuevo León y la frontera con Estados Unidos, incluso, conexiones con estados como San Antonio, Texas, son los proyectos que estamos comenzando a explorar y ver si hay posibilidad de sumarles valor. 

Asimismo, Carlos Ortiz comenta que además de proyectos ferroviarios, continuará con temas portuarios, ya que este modelo es una innovación prácticamente hecha en México y Latinoamérica, y que es una innovación al mundo marítimo que está teniendo demanda en otros países y que seguramente también estarán moviéndose  en futuras iniciativas por esa área. 

 

Por último,  concluyó enfatizando que el tema de infraestructura permite detonar el desarrollo y la atracción de más inversiones. Una inversión de estas en infraestructura, permiten un efecto multiplicador de al menos siete veces de lo que se invirtió. Si se piensa que el Corredor T-MEC tiene unos $3 mil millones de dólares de inversión, seguramente habrá una derrama de $20 mil millones de dólares entre todas las empresas que se van a establecer a lado de este corredor. 

 

El desarrollo de esta infraestructura en todo el continente tomó de sorpresa a todos, donde se dieron cuenta de que faltaban puertos para descargar y hacer más eficiente la movilidad de contenedores, sin embargo, no los hay, por lo que este tipo de puertos como lo es el T-MEC van a ser proyectos ganadores en el largo plazo y que pueda dar esa oportunidad, siempre y cuando este de la mano del ferrocarril ya que si no hay ferrocarril, puede existir el puerto, pero no ser lo suficiente eficiente. 

 

Finalmente es una familia de infraestructuras, donde tanto el tren como los diferentes medios de transporte son desarrolladores económicos que deben convivir para que los proyectos sean viables, además de ser la razón por la que en ocasiones se dejan de hacer los proyectos, por falta de alguno de estos elementos.

 

 

 

 

 

Carlos Ortiz Todd

 

Presidente y CEO de Caxxor Group.