Por Gaspar Acosta
Resumen:
El cambio climático impacta significativamente en el sector ferroviario debido al aumento de las temperaturas, ya que afecta a los materiales y la estabilidad de las vías. Este fenómeno tiene varias consecuencias específicas: dilatación de los carriles, fatiga de los materiales que componen la vía ferroviaria, movimiento del balasto y desestabilización de la vía y riesgos de seguridad y posibles reducciones de la velocidad de los trenes.
En respuesta, el sector ferroviario ha comenzado a implementar sistemas de monitoreo de temperatura en las vías, así como materiales diseñados para soportar mejor la dilatación térmica. Aun así, el cambio climático sigue representando un desafío considerable para la infraestructura ferroviaria.
Palabras clave: monitorización de la temperatura, temperatura libre de esfuerzo, temperatura de neutralización, pandeo térmico.
Introducción
El cambio climático afecta al ferrocarril principalmente a través de la expansión térmica de los carriles debido al aumento de temperatura, lo que causa tensiones y deformaciones en las vías. Las temperaturas elevadas inducen una dilatación del acero de los carriles, generando esfuerzos de compresión que pueden llevar al pandeo del carril. Este fenómeno, sino se controla, puede alterar la alineación de las vías y aumentar el riesgo de descarrilamiento. Para mitigar estos efectos, se aplican métodos de neutralización y homogeneización de tensiones en los carriles.
Entre efectos que puede causar el aumento de temperatura tenemos los siguientes. Dilatación de los carriles. Los carriles de acero, como muchos materiales, se expanden cuando aumentan las temperaturas. Las temperaturas extremas provocan una expansión térmica significativa, elevando la posibilidad de que los carriles se curven o pandeen. Este efecto, conocido como pandeo térmico, puede provocar que los carriles se desplacen de su alineación original, causando riesgos de seguridad.
Fatiga de los materiales
Fatiga de los materiales: Las altas temperaturas incrementan la fatiga de los materiales de las vías y el balasto. El acero en los carriles se somete a esfuerzos constantes de expansión y contracción, debilitando su resistencia estructural con el tiempo y aumentando la probabilidad de fallos o roturas.
Movimientos del balasto y desestabilización de la vía
El aumento de temperatura puede hacer que el balasto se asiente de manera desigual o pierda su cohesión, causando pequeños desplazamientos o deformaciones en la base de la vía. Esto incrementa el riesgo de desplazamientos en la vía, alterando la posición y nivelación de los rieles, y potencialmente provocando descarrilamientos.

Riesgos en la seguridad y reducción de la velocidad
Debido a estos efectos, las operadoras ferroviarias deben reducir la velocidad de los trenes en épocas de calor extremo para evitar el riesgo de accidentes. Estas restricciones impactan la eficiencia del transporte y pueden ocasionar retrasos importantes en el servicio.
CONCEPTOS DE TEMPERATURA LIBRE DE ESFUERZO Y DE NEUTRALIZACIÓN
La temperatura libre de esfuerzo
Es aquella a la cual las tensiones longitudinales en un carril continúo soldado (vía sin juntas) se anulan completamente. En este estado, el carril no está sometido ni a esfuerzos de compresión (que ocurren a altas temperaturas) ni de tracción (que se presentan a bajas temperaturas).
Esta temperatura es crucial para la estabilidad de la vía, pues permite calcular y ajustar la longitud del carril en la instalación para minimizar riesgos de deformación o ruptura por cambios térmicos.
La temperatura de neutralización
Es la temperatura específica a la que se instalan y fijan los carriles en una vía continua para minimizar las tensiones longitudinales debidas a cambios de temperatura. Esta temperatura se determina para cada región geográfica y toma en cuenta los valores extremos de temperatura que la vía puede experimentar, añadiendo un margen de seguridad (generalmente de 5 °C) para reducir el riesgo de pandeo del carril en condiciones de calor extremo.
A esta temperatura, los carriles se fijan de manera que las tensiones longitudinales sean nulas, logrando así una instalación segura y estable frente a las variaciones térmicas habituales.
RELACIÓN ENTRE TEMPERATURA LIBRE DE ESFUERZO Y DE NEUTRALIZACIÓN
La temperatura libre de esfuerzo y la temperatura de neutralización están estrechamente relacionadas en el contexto de la estabilidad y seguridad de los carriles en una vía continua sin juntas.
Dado que la temperatura de neutralización es una referencia fija, elegida estratégicamente para que el carril soporte de manera segura las variaciones térmicas propias de la zona, la temperatura libre de esfuerzo debería coincidir con la temperatura de neutralización. Si ambos valores coinciden, significa que la vía está equilibrada y preparada para resistir las fluctuaciones térmicas extremas.
En resumen, la temperatura libre de esfuerzo representa el estado tensional real del carril en su ubicación, mientras que la temperatura de neutralización es el valor objetivo al que se aspira durante la instalación para garantizar estabilidad.
MONITORIZACIÓN EN CONTINUO DE LA TEMPERATURA DE LOS CARRILES
La variación de las temperaturas por el efecto del cambio climático hace necesario revisar todas las temperaturas de neutralización y tener que recalcular las operaciones de neutralización y homogenización de las tensiones de los carriles.
Así la monitorización en continuo de la temperatura del carril, como la aplicación de algoritmos para predecir las temperaturas futuras y/o posibles problemas en vía es una necesidad en todas las administraciones ferroviarias encargadas del mantenimiento y construcción de nuevas líneas férreas, sin olvidar las actuales, que se deberán planificar nuevas neutralizaciones y homogenización de las tensiones en los carriles.

Foto 1 – Sistema monitorización Acosta Smart Track Monitoring instalado en una vía férrea.

Foto 2 – Datos monitorizados: temperatura máxima, mínima, media y rango.

Foto 3 – Datos monitorizados graficados.

NEUTRALIZACIÓN Y HOMOGENEIZACIÓN DE TENSIONES EN LOS CARRILES
La neutralización de tensiones y la homogeneización de tensiones son procesos aplicados en vías ferroviarias continuas sin juntas para mantener la estabilidad de los carriles frente a cambios de temperatura.
Neutralización de tensiones
- Es el proceso de instalación en el que se fija la longitud del carril a una temperatura específica denominada.
Temperatura de neutralización
- A esta temperatura, las tensiones longitudinales en el carril son nulas, lo que ayuda a reducir el riesgo de pandeo (en climas cálidos) o fracturas (en climas fríos).
- La neutralización se lleva a cabo de manera que el carril quede en un estado de tensión controlado, de forma que pueda soportar los cambios de temperatura sin deformarse.
Homogeneización de tensiones
- Es el proceso de distribución uniforme de las tensiones longitudinales a lo largo de un tramo de carril.
- Se emplea principalmente para corregir desequilibrios de tensión que pueden surgir debido al desgaste, movimientos del terreno, o intervenciones de mantenimiento.
- La homogeneización reduce los puntos de concentración de tensiones en el carril, disminuyendo los riesgos de pandeo o rotura en áreas específicas.
Ambos procesos son esenciales para mantener la estabilidad y seguridad de la infraestructura ferroviaria en vías continuas sin juntas, ya que previenen deformaciones y extienden la vida útil de los carriles.
Gaspar Acosta
Ingeniero Técnico Industrial, Ingeniero en Organización Industrial e Ingeniero de Minas y Energía, Arquitecto Técnico y Edificación por la UPC (BarcelonaTech).
