Por Álvaro García
Los proyectos lineales, como vías férreas o carreteras, suelen extenderse a lo largo de cientos de kilómetros, atravesando distintos tipos de suelos, relieves y condiciones climáticas. Esta diversidad geológica implica una complejidad significativa en el movimiento de tierras. Desde la excavación y el relleno, hasta la estabilización y nivelación del terreno, cada etapa requiere un control exhaustivo para minimizar fallos en la estructura final.
En proyectos de infraestructura tan extensos como el Tren Maya o la Rehabilitación de la Línea K del Tren Interoceánico, donde se llegan a mover hasta un millón de metros cúbicos de material al mes, el control del acarreo (transporte de materiales desde el banco de origen hasta la obra) se ha convertido en un factor crítico para evitar sobrecostes, retrasos y riesgos de calidad en la construcción.
Tradicionalmente, este proceso se gestionaba de forma manual por medio de albaranes de obra (o vales de salida), sin un sistema centralizado que cruzara la información de lo que sale del banco de materiales con lo que realmente llega a destino.
Sin embargo, las nuevas tecnologías actuales han optimizado este proceso a través de aplicaciones de control de acarreos, donde se registra la información a través de dispositivos móviles y se utiliza el Big Data para facilitar la toma de decisiones.
En un proyecto grande, cientos de camiones pueden estar transportando continuamente material entre múltiples bancos y distintos frentes de obra. Sin un sistema centralizado que registre en tiempo real la salida de los vehículos, sus rutas y la entrega efectiva en el punto de destino, es muy fácil perder la trazabilidad de cada viaje.
Este tipo de tecnología para el control de acarreos permite vincular de forma automática la información de carga (volumen, tipo de material, hora de salida) con la llegada a obra (hora de llegada, verificación de calidad y cantidad), generando un rastro digital claro y evitando pérdidas o desajustes en el volumen de material contabilizado.
Gracias a la geolocalización, estas aplicaciones pueden detectar en tiempo real si el camión se desvía de la ruta establecida, si el tiempo de trayecto rebasa lo previsto o si simplemente el viaje nunca se concreta en el punto de destino. Estas incidencias activan alertas automáticas, permitiendo a los supervisores tomar acciones inmediatas y reduciendo el riesgo de fraude o de pérdida de materiales.
En los métodos tradicionales, se emiten albaranes físicos en cada salida de camión y se recogen en el destino. Posteriormente, se procesan manualmente enormes cantidades de papel para registrar el total de viajes realizados. En un proyecto donde se están moviendo cerca de un millón de metros cúbicos mensuales, el volumen de albaranes puede ser inabarcable para un equipo de obra.
Con una aplicación digital, la información se registra y consolida de manera automática e inmediata. Esto elimina la demora que supone cotejar manualmente cientos de documentos al final del día o la semana, permitiendo enfocar los recursos humanos en la toma de decisiones y en el control de calidad, en lugar de destinar largas horas al procesamiento de datos.
El hecho de contar con datos precisos y en tiempo real sobre las rutas recorridas, tiempos empleados y volúmenes transportados brinda la posibilidad de optimizar las rutas de acarreo. Esta optimización se traduce en reducción de tiempos ociosos y de consumo de combustible, especialmente relevante en proyectos de gran escala donde la logística de transporte se vuelve un factor clave en el presupuesto.
Cuando el control de acarreos no se gestiona digitalmente, es habitual que ocurra un desajuste entre lo cargado y lo recibido en la obra, derivado de errores de medición o incluso de usos indebidos de material. Al contar con un sistema que rastrea y reporta automáticamente cada viaje, se reducen al mínimo las discrepancias, protegiendo la rentabilidad y la puntualidad del proyecto.
La información generada por este tipo de tecnología, al estar unificada y disponible en tiempo real, puede procesarse mediante herramientas de analítica avanzada (Business Intelligence). Esto permite a los gerentes de proyecto y directores de obra detectar patrones, anticiparse a problemas en la cadena de suministro y hacer ajustes proactivos para mejorar la eficiencia de la obra.

Los reportes de volumen transportado, tiempos de recorrido y eficiencia de cada ruta se obtienen automáticamente, sin necesidad de recopilar y tabular manualmente docenas de hojas de ruta. Este proceso automatizado no solo ahorra tiempo, sino que reduce el margen de error humano y aumenta la confiabilidad de los datos de acarreo.
Este tipo de soluciones se vuelve indispensable cuando se manejan volúmenes tan altos como un millón de metros cúbicos mensuales, propio de los megaproyectos de infraestructura en México como el Tren Maya o la Línea K del Tren Interoceánico.
El sector de la Construcción es uno de los sectores con menor avance tecnológico en cuanto a la gestión de proyectos debido a la complejidad del negocio, donde intervienen una infinidad de agentes y empresas en cada uno de los procesos constructivos.
Este tipo de soluciones dan un poco de luz a la nueva tecnología y enfocan el negocio hacia la necesidad del análisis de datos para optimizar la ejecución de los proyectos.
Álvaro García
Fundador y CEO de Trucking Innovation. Ingeniero Civil con Máster en Innovación, control de gestión y riesgos.
